viernes, 17 de enero de 2014



Ella no es como las demás, lo sabes. No es cabezota, lleva la razón y punto. Es bastante impredecible, incluso puedes llegar a odiarla. Su sonrisa emboba, pero tiene miradas que espantan. Hay días en los que simplemente no está, en los que nada le incumbe y, por mucho que la busques, no vas a saber como encontrarla. Es de extremos, con ella es o todo o nada, o te quiere o te odia, o blanco o negro, pero nunca esperes que vea las cosas de color gris. De un día para otro puede dejar de hablarte, pero siempre va a esperar que tú lo hagas. Dice las cosas sin rodeos, si piensa que eres gilipollas lo dirá alto y claro. Su cara de asco es extremadamente notable cuando algo no le gusta. No busca problemas, pero siempre tiene alguno por ahí. Ahora es fría, porque un día fue tan cálida que acabó quemándose. Nunca te va a decir te quiero, pero, si te mira con esos ojos color miel cálidamente abiertos, gira ligeramente la cabeza, se ríe y te dice "eres idiota", ten algo claro chaval: es tuya.