Que no importa lo que cueste, que sigas adelante. Que sí, siempre va a
haber algo o alguien que te joda el camino, alguien que mande al traste
todos tus esfuerzos por superar el bache y levantarte, y te haga caer
una vez más. Que los momentos en los que eres plenamente feliz, a lo
largo del tiempo, los vas a contar con los dedos de una mano. Que sí,
puedes llorar, echar mares, pasarte horas llorando hasta que no te quede
ni agua en el cuerpo y tengas los ojos hinchados, pero eso no
solucionará nada. Puedes escuchar la típica canción que te emociona y
hace que no se te pueda ir de la cabeza el motivo por el que te has
vuelto a quedar sin ganas de luchar. Puedes tirarte en la cama y pasarte
toda la tarde rayándote la cabeza, dándole vueltas al mismo tema y otra
vez, sin otra conclusión que: 'esto es una puta mierda'. Pero , ¿de qué
sirve todo eso?. Piensa que al menos, siempre, siempre, siempre habrá
alguien que te saque una sonrisa.
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